La fiscalidad es una de las principales preocupaciones a las que se enfrentan los potenciales emprendedores a la hora de decidir cómo sacar adelante su negocio y por las que acuden a nuestra asesoría online para particulares y empresas en Madrid. Es fundamental conocer las obligaciones fiscales en las que se incurrirán al optar por ser un autónomo o una Sociedad de Responsabilidad Limitada (S.L.).

¿Qué es un autónomo?

Un autónomo es un profesional independiente que trabaja por cuenta propia y realiza sus actividades empresariales de acuerdo con las leyes y normativas aplicables. Es una actividad de la que se pueden obtener beneficios económicos, y tributa por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).

La fiscalidad para autónomos

El autónomo es quien tributa por los ingresos y beneficios que se obtengan de su actividad. Dependiendo de la cuantía de los ingresos y de la duración de la actividad, la obligación tributaria puede ser más o menos grande, pero, normalmente rondará entre el 15%, hasta un máximo del 53%.

¿Qué es una Sociedad de Responsabilidad Limitada (S.L.)?

Una Sociedad de Responsabilidad Limitada es un tipo de entidad jurídica empresarial que limita la responsabilidad del propietario por las deudas y otras obligaciones de la compañía. Es un tipo de entidad mercantil que se crea con el fin de dirigir una empresa con un mínimo de 1 y un máximo de 50 socios.

La fiscalidad de las sociedades de responsabilidad limitada

La principal diferencia entre autónomos y sociedades de responsabilidad limitada es que el autónomo tributa a través del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), mientras que la S.L. lo hace a través del Impuesto sobre Sociedades. Actualmente, el tipo general de este impuesto está fijado en el 25%. Este porcentaje se aplica como regla general y se asume en este nivel sin considerar los casos en que pueda reducirse este tipo impositivo mediante algún tipo de deducción.

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